Tesla ha anunciado que su asamblea general de accionistas se celebrará el 6 de noviembre de 2025, tras un retraso inusual que causó preocupación entre los inversores institucionales. El anuncio llegó luego de que un conjunto de más de 20 accionistas —entre ellos fondos de pensiones y representantes de entidades públicas— solicitara oficialmente que se estableciera la fecha, manifestando su inquietud por la ausencia de comunicación y transparencia del consejo directivo.
La normativa en Texas, estado en el que Tesla está registrada, establece que la empresa debe organizar su reunión dentro de los 13 meses siguientes a la última, que tuvo lugar en junio de 2024. Este retraso, por consiguiente, levantó inquietudes acerca del cumplimiento de las regulaciones y sobre las prioridades del equipo de gestión.
Entorno adverso: caída de acciones y liderazgo dividido
El anuncio de la reunión se da en un contexto complejo para Tesla. Las acciones de la compañía han perdido cerca de un 30% de su valor en lo que va del año, arrastradas por una desaceleración en las ventas de vehículos eléctricos, el aumento de la competencia global y la percepción de que la compañía ha perdido parte de su impulso innovador.
A estas dificultades se añade una preocupación en aumento sobre la dedicación del CEO Elon Musk, quien ha repartido su tiempo entre Tesla y otros proyectos personales y de negocios, incluidos emprendimientos políticos. Su participación cada vez mayor en la vida pública y la fundación de un partido político han intensificado la discusión sobre si su atención sigue estando en el sector automotriz.
Temas clave que marcarán la agenda
La junta será una oportunidad clave para que los accionistas planteen inquietudes acumuladas durante el año. Uno de los temas más esperados será la discusión sobre el millonario paquete de compensación otorgado a Musk, estimado en 56.000 millones de dólares. Este plan ha sido objeto de una demanda en los tribunales de Delaware, donde un juez ordenó su revisión, cuestionando su legitimidad.
Otro punto relevante será el impacto de la reubicación legal de Tesla de Delaware a Texas, una medida aprobada en la última junta pero que ha generado dudas sobre su conveniencia para la estructura de gobierno corporativo.
Los accionistas tendrán la oportunidad de presentar propuestas hasta finales de julio
Tesla ha fijado el 31 de julio como la fecha tope para la presentación de sugerencias que se quieran añadir al programa oficial. Asimismo, desde el 9 de julio hasta el 8 de agosto, los accionistas interesados en proponer candidatos para el consejo o plantear temas directamente durante la reunión deberán remitir sus avisos de manera oficial. La compañía ha señalado que todas las propuestas serán analizadas conforme a los criterios corporativos y normativos.
Inquietudes sobre la gestión empresarial
La demora en la reunión y la sensación de falta de dirección del equipo directivo han intensificado las demandas de los accionistas para optimizar la gestión corporativa. Se observan indicios de un creciente descontento, especialmente entre los inversores institucionales que solicitan una supervisión más estricta del consejo y restricciones más definidas sobre la influencia de Musk.
Estos grupos argumentan que el futuro de Tesla depende no solo de su capacidad para innovar en productos, sino también de mantener un modelo de liderazgo coherente, estable y transparente. Algunos incluso han planteado la necesidad de separar el rol de CEO del de presidente del directorio, ambos ocupados actualmente por Musk.
Pronósticos para noviembre
La junta del 6 de noviembre se perfila como un evento decisivo para el futuro inmediato de Tesla. No solo marcará el tono de la relación entre el equipo directivo y los accionistas, sino que también pondrá a prueba el compromiso de la compañía con la rendición de cuentas y la estabilidad organizacional.
Será un punto crucial para que Tesla restablezca la confianza del mercado o, por otra parte, se enfrente a un aumento del examen minucioso. De cualquier forma, el resultado de esa reunión indicará mucho más que cifras financieras: será un indicativo de la dirección institucional que la compañía está preparada para adoptar.